En plena transición ecológica y con las ciudades apretando el acelerador hacia una movilidad más limpia, uno pensaría que el coche viejo está en retirada. Pero no. Si nos fijamos en el comportamiento del mercado en 2024, lo que salta a la vista es otra cosa: los coches de segunda mano en Barcelona, Madrid o Valencia siguen protagonizando gran parte de las ventas, y no precisamente por ser modernos o eléctricos. Muy al contrario, los diéseles de toda la vida y los vehículos con más de 15 años de antigüedad siguen mandando con claridad en el mercado de ocasión.
El dato es demoledor. Este año se han registrado 2.114.396 ventas de vehículos usados en España, lo que supone un crecimiento del 8,6% respecto a 2023. Para que te hagas una idea: por cada turismo nuevo que se matriculó, se vendieron más de dos coches de segunda mano. Un reflejo claro de la realidad del consumidor medio español.
Y no se trata de un fenómeno aislado. El auge de los coches usados —especialmente los más baratos y veteranos— afecta a toda España, pero se hace aún más visible en grandes urbes como Barcelona, donde los compradores buscan movilidad sin dejarse un sueldo entero en el intento.
El coche nuevo sigue perdiendo la batalla
Lo primero que hay que entender es el contexto. Mientras el precio de los coches nuevos sigue siendo prohibitivo para muchas familias, el vehículo de ocasión se presenta como la única puerta de entrada realista a la movilidad privada. Tanto es así, que por cada turismo nuevo vendido en España durante 2024, se han vendido 2,1 de segunda mano. Una relación contundente que deja claro dónde está el verdadero volumen del mercado.
Y no solo es una cuestión de cifras. El coche nuevo ha perdido el atractivo de antaño. La combinación de precios elevados, incertidumbre sobre las normativas medioambientales, y la falta de stock de algunos modelos ha provocado que muchos conductores opten por alargar la vida de sus vehículos actuales o buscar coches de ocasión más asequibles, aunque sean más antiguos y más contaminantes.
Diésel y veteranos: los reyes del mercado
Contra todo pronóstico (o quizás no tanto), los coches diésel siguen dominando el mercado de segunda mano. En 2024, el 52,5% de las ventas de turismos usados correspondió a vehículos propulsados por diésel. Le siguió la gasolina con un 37%, mientras que los eléctricos e híbridos, pese a haber bajado precios en este mercado, siguen teniendo un papel testimonial.
Es decir, más de la mitad de los compradores de coches de segunda mano siguen apostando por el diésel, un combustible que desde hace años está en el punto de mira por su impacto medioambiental. Pero es que muchos lo siguen viendo como una opción rentable, especialmente para quienes recorren muchos kilómetros al año o necesitan fiabilidad por encima de todo.
Además, los coches más antiguos también siguen copando las estadísticas. Un 40% de las ventas han sido de coches con más de 15 años, lo que se traduce en 873.877 unidades. Una barbaridad, si se tiene en cuenta que el parque automovilístico español ya está envejecido de por sí.
¿Por qué se venden tanto los coches «viejos»?
Aquí hay varios factores clave. El más evidente: el precio. Los coches con más de 15 años suelen venderse por debajo de los 3.000 euros, algo que los hace accesibles para personas con presupuestos muy ajustados o que simplemente necesitan un vehículo para desplazarse de forma puntual.
Pero también entra en juego la desconfianza. Muchos consumidores siguen sin fiarse del coche eléctrico, no tanto por el vehículo en sí, sino por la infraestructura de carga, la autonomía limitada, y sobre todo, por el precio de los modelos más recientes, que incluso en el mercado de segunda mano sigue siendo elevado.
Además, los modelos antiguos ofrecen una mecánica sencilla, con menos componentes electrónicos y sistemas que puedan fallar, lo que se traduce en reparaciones más baratas.
Antigüedad media: más de 11 años
En este 2024, la edad media de los coches usados vendidos en España ha sido de 11,2 años, una cifra que se mantiene estable respecto a 2023. Este dato no solo refleja el tipo de coche que más se vende, sino también el bloqueo estructural del mercado: la ciudadanía no puede permitirse coches más nuevos, ni siquiera en el mercado de ocasión.
Las patronales del sector, Ganvam y Faconauto, llevan años insistiendo en que la clave está en facilitar el acceso a vehículos de menos de cinco años, que aunque no sean nuevos, sí ofrecen mejores niveles de seguridad y emisiones más bajas. En 2024, solo uno de cada cuatro coches vendidos (25,8%) tenía entre 0 y 5 años, lo que da una idea del margen de mejora que existe.
Incentivos y propuestas que siguen sin llegar
Tanto Ganvam como Faconauto proponen que se incentive la compra de coches seminuevos como una medida realista para renovar el parque automovilístico. Pero a día de hoy, la mayoría de ayudas públicas están orientadas a la compra de vehículos nuevos, especialmente eléctricos, dejando fuera a una gran mayoría de potenciales compradores que no pueden ni plantearse esas opciones.
Y mientras tanto, las zonas de bajas emisiones ya son una realidad en muchas ciudades, lo que plantea una pregunta incómoda: ¿cómo se va a garantizar la movilidad a los ciudadanos que solo pueden permitirse un coche viejo? Por ahora, la respuesta parece no estar del todo clara.
Comunidades que lideran las ventas
En términos territoriales, Madrid lidera el mercado de segunda mano con más de 326.000 operaciones. Le siguen Cataluña (291.124), la Comunidad Valenciana (247.304) y Castilla-La Mancha (119.755). Curiosamente, Madrid también ha sido la región que más ha crecido porcentualmente en comparación con 2023, con un 19,2% de aumento.
Esto puede tener que ver tanto con la rotación de vehículos en flotas corporativas como con el efecto de las zonas de bajas emisiones, que ha provocado una renovación acelerada de ciertos coches, incentivando la venta de los antiguos.
¿Y los eléctricos? Aún no despegan
Aunque se habla mucho de electrificación, la realidad es que los eléctricos aún no convencen en el mercado de ocasión. A pesar de la caída de precios, siguen teniendo una presencia muy baja. ¿Por qué? Principalmente por la falta de autonomía, el temor a la degradación de la batería, y la ya mencionada ausencia de puntos de recarga suficientes.
Los híbridos tienen algo más de tirón, pero siguen lejos de las cifras del diésel y la gasolina. El mensaje de «cero emisiones» todavía no es suficiente cuando el precio y la funcionalidad son más importantes para el comprador medio.
El Golf sigue siendo el rey
Entre los modelos más vendidos, el clásico Volkswagen Golf sigue siendo el preferido por los compradores de segunda mano. ¿Por qué? Porque es un coche fiable, con recambios accesibles, buena mecánica y una estética que envejece bien. Es el coche que muchos ya conocen, que otros han tenido y que sigue siendo una apuesta segura.
Más allá de los datos: una cuestión de prioridades
En definitiva, el panorama de 2024 deja algo claro: la mayoría de los españoles compra el coche que puede, no el que quiere. Las cifras lo confirman y las patronales lo denuncian: sin medidas que faciliten el acceso a vehículos más jóvenes y eficientes, seguirán dominando los diéseles y los coches veteranos.
Esto no solo afecta al medioambiente, sino también a la seguridad vial, ya que los coches antiguos no siempre cuentan con sistemas de seguridad modernos. El reto está servido: renovar el parque automovilístico sin excluir a quienes no pueden pagar un coche nuevo. ¿Cómo? Con incentivos reales, coherentes y adaptados a la realidad económica del país.