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El presupuesto de Barcelona 2026: planes ambiciosos y foco en la ciudadanía

Barcelona se alista para 2026 con un presupuesto monumental que supera por primera vez los 4.000 millones de euros. Exactamente, son 4.180,8 millones de euros que el gobierno local planea utilizar para dar vida a sus prioridades y escuchar las necesidades de sus ciudadanos. Con un enfoque claro en la atención a las personas, la seguridad y la vivienda, la ciudad busca no solo mantener sino expandir su comunidad vibrante y garantizar un futuro más brillante.

Presupuesto 2026

La vivienda: un eje central del presupuesto

El acceso a la vivienda es, sin duda, una de las principales preocupaciones de los barceloneses y el presupuesto de 2026 no es ajeno a esta realidad. Se han destinado aproximadamente 240 millones de euros para abordar esta problemática desde varios ángulos.

Promoción y gestión del parque público: Unos 84 millones se dedicarán a este rubro, asegurando no solo la conservación sino también la expansión del actual parque de viviendas públicas.

Rehabilitación: Con 50 millones, se incentivará la modernización y rehabilitación de viviendas, haciendo hincapié en la sostenibilidad y eficiencia.

Tanteo, retracto y nuevas adquisiciones: Cerca de 20 millones se usarán como fondo de tanteo y retracto, fomentando un mercado de adquisiciones justas y justas.

Estas medidas no solo pretenden aliviar los problemas actuales, sino también impulsar un crecimiento sostenible en el sector de la vivienda.

Más allá de la vivienda: servicios públicos y seguridad

La seguridad y el bienestar de los ciudadanos pintan gran parte del lienzo presupuestario. Se han reservado 994,9 millones de euros para servicios sociales y políticas que luchen contra la desigualdad. Este enfoque apunta a sectores cruciales como educación, cultura, salud y deporte, reforzando un Barcelona más inclusivo y justo.

En lo que respecta a seguridad, el plan es igual de prometedor. Con una inversión de 430,6 millones, se anticipa la incorporación de 100 nuevos agentes de la Guardia Urbana y la instalación de mil cámaras de seguridad, además de otros proyectos como una nueva Unidad Territorial en Sarrià.

Transporte público e infraestructuras verdes

Barcelona sabe que para cuidar a sus ciudadanos, debe también cuidar de su entorno. La inversión de 266,9 millones de euros en transporte público no solo mejorará la conectividad, sino que refuerza un compromiso con la descarbonización. Se planean expansiones tales como el servicio de Bicing, con la adición de mil bicicletas nuevas, y el respaldo a la conexión del tranvía.

Además, se destinarán 109,3 millones a mejorar las infraestructuras para enfrentar los cambios climáticos. Estos fondos buscan expandir áreas verdes, mejorar la red de agua freática y construir colectores de aguas pluviales.

Inversiones digitales y diversificación económica

La transformación digital está en el centro del ayuntamiento con un gasto asignado de 113 millones de euros. Este esfuerzo propiciará una atención más eficiente y personalizada para los ciudadanos, mediante procesos optimizados y el uso de inteligencia artificial.

En cuanto a la economía, se vislumbra un nuevo impulso para las PYMES y el comercio local con una inversión de 150,6 millones de euros. También se contempla una sólida apuesta por la innovación tecnológica y científica que conllevará a la creación y retención de talento.

La perspectiva fiscal: una estrategia de equilibrio

Aunque los números alcanzan nuevas alturas, el enfoque es no aumentar la presión fiscal sobre familias y pequeñas empresas. Las ordenanzas fiscales para 2026 abogan por un crecimiento sin perjudicar a los más vulnerables. El plan incluye la congelación de impuestos generales para familias y PYMES, salvo excepciones ligadas al turismo y a obras de regeneración urbana.

Rigidez y sostenibilidad financiera

El presupuesto de Barcelona demuestra un equilibrio meticuloso, alineado a las directrices de solvencia fiscal. El Ayuntamiento mantiene su deuda estable al 27,4% de los ingresos corrientes y sigue cumpliendo con pagos a proveedores en menos de 30 días. Es un reflejo de una gestión que no solo piensa en el presente, sino también en el futuro económico de la ciudad.

Es así como el Ayuntamiento de Barcelona traza la hoja de ruta para los próximos años. Con este presupuesto histórico en alcance y ambicioso en ejecución, la ciudad pone su confianza en el presente para construir un futuro donde el bienestar de sus habitantes es la prioridad.