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El cierre del Museo del Arte Prohibido: una despedida cultural inesperada

Un final abrupto para un espacio único

El Museo del Arte Prohibido en Barcelona ha sorprendido a la comunidad cultural con su cierre indefinido. Inaugurado en octubre de 2023, este singular museo albergaba obras que alguna vez fueron censuradas por diferentes motivos. Fue un verdadero santuario para un arte que desafiaba leyes, límites y prejuicios. Sin embargo, tras apenas ocho meses, sus puertas se cerraron, dejando un vacío en el corazón artístico de la ciudad.

La razón detrás de este cierre repentino es un “escrache sindical” que ha durado cuatro meses, organizado por el sindicato SUT. Esta movilización no solo afectó las operaciones cotidianas del museo. También dañó su reputación y puso en peligro tanto a visitantes como a empleados. Tatxo Benet, la mente detrás de la colección, intentó resolver la situación. Sin embargo, las tensiones resultaron ser más fuertes.

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Obras de arte emblemáticas que siguen su camino

Dentro de las paredes de la Casa Garriga Nogués, se encontraban cerca de 200 piezas desafiantes. Entre ellas, las llamativas cajas de fósforos del colectivo argentino Mujeres Públicas y la impactante escultura de Ines Doujak, evocando al rey Juan Carlos I. Por supuesto, no faltaban obras de maestros como Goya, Klimt y Picasso. Fotógrafos como Robert Mapplethorpe también tenían su espacio.

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Pero el cierre del museo no significa el fin para estas piezas. Un comunicado oficial afirmó que la colección se convertirá en nómada. Se planean exposiciones itinerantes para proporcionar a estas obras una nueva plataforma de diálogo. La colección busca resaltar el tema de la censura en el arte a escala global.

Las raíces del conflicto que selló el destino del museo

La huelga del sindicato SUT y los trabajadores de varias subcontratas comenzó el 26 de febrero. Denunciaron malas condiciones laborales, como la falta de climatización adecuada y ausencia de vestuario apropiado. Sin olvidar las posiciones ergonómicas y descansos injustos. Subcontratados de Palacios y Museos SL, Silicia Serveis Auxiliars y Magmacultura se quejaron de su situación. El museo, por su parte, afirmó que estos trabajadores habían sido reubicados. Aclararon también que la plantilla principal nunca se declaró en huelga.

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Impacto económico y una solución global

Este escrache sindical afectó significativamente las finanzas del museo. Con una caída del 75% en la afluencia de visitantes comparado con el año anterior, sus pérdidas se describieron como insostenibles. A pesar de haber superado varias inspecciones laborales y mediaciones legales, no pudieron regresar a la normalidad.

El Museo Picasso de Barcelona, en contraste, decidió ofrecer visitas gratuitas, tal vez como respuesta a la situación. A pesar de obtener un fallo judicial favorable que confirmó el respeto al derecho a huelga, el Museo del Arte Prohibido no pudo reabrir.

Un futuro itinerante para el arte censurado

Así que, ¿qué nos depara el futuro para la colección del Museo del Arte Prohibido? Su nuevo modelo itinerante ofrece la oportunidad de desafiar y abrir el diálogo en muchos más lugares alrededor del mundo. Lo que podría parecer un revés, en realidad, subraya la resiliencia y capacidad de adaptación del arte frente a los desafíos. Barcelona pierde un museo emblemático, pero el mundo gana una colección que continuará generando reflexión y diálogo sobre la censura artística. Esta transición inesperada promete seguir creando impacto globalmente.