El pasado mes de julio se completó el desalojo de las antiguas Casernas de Sant Andreu, marcando un paso significativo en la transformación de este espacio hacia nuevos usos urbanísticos. El último ocupante, la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios, dejó las instalaciones tras un largo proceso judicial que culminó con la recuperación de un solar de 5.000 metros cuadrados y un edificio ubicado en el Passeig Torres i Bages, 122.
Una victoria legal tras años de disputas
El desalojo se produjo gracias a una sentencia favorable del Juzgado de Primera Instancia n.º 3 de Barcelona, emitida en septiembre de 2023. Aunque la Hermandad interpuso un recurso de apelación, la Junta de Compensación, presidida por el Consorci de la Zona Franca (CZF), solicitó la ejecución provisional de la sentencia, que fue aceptada y ejecutada el 3 de julio de 2024.
Este proceso se remonta a 2022, cuando el CZF, a instancias de la Junta de Compensación, inició acciones legales tras el rechazo de la Hermandad a una indemnización de 12.600 euros ofrecida para abandonar el espacio.
Un paso adelante en la transformación de las Casernas
La recuperación del solar y el edificio permitirá avanzar en la transformación de las antiguas Casernas de Sant Andreu, un proyecto urbanístico que incluye la construcción de viviendas y otros usos planificados. Este desarrollo se enmarca en la reparcelación aprobada en 2010, que establecía la cesión de estos terrenos al Ayuntamiento, siempre y cuando estuvieran libres de edificaciones y ocupantes.
La desocupación de este espacio pone fin a una reivindicación histórica del distrito, que desde 2019 había solicitado formalmente al CZF y a la Junta de Compensación que entregaran el solar y el edificio a la corporación municipal.
Una cesión inicial con condiciones incumplidas
En 2013, el CZF había firmado un convenio con tres hermandades —Sargentos Provisionales, Caballeros Mutilados y Antiguos Caballeros Legionarios— para cederles el uso del solar y el edificio de las Casernas. Sin embargo, el acuerdo incluía la condición de que, una vez completada la reparcelación, los terrenos fueran liberados para su cesión definitiva al Ayuntamiento.
Tras varios años de negociaciones, interrumpidas por la pandemia, dos de las hermandades aceptaron la indemnización ofrecida y abandonaron el espacio. La resistencia de la última entidad prolongó el conflicto, pero el reciente desalojo permite cerrar esta etapa y avanzar hacia los objetivos urbanísticos del distrito.
Un futuro para Sant Andreu
La liberación del espacio no solo representa un avance en términos legales, sino que también abre la puerta a nuevos desarrollos que beneficiarán a la comunidad de Sant Andreu. El solar recuperado será destinado a la construcción de viviendas, contribuyendo al crecimiento urbano planificado y sostenible del barrio.
Este paso simboliza la recuperación de un espacio con un largo pasado, que ahora podrá ser reconfigurado para responder a las necesidades actuales y futuras de los vecinos. La finalización del conflicto en las Casernas es un ejemplo de cómo la perseverancia y el compromiso pueden transformar áreas urbanas en beneficio de la ciudad.
