La ciudad de Barcelona da un paso firme hacia la creación de espacios públicos seguros y libres de violencias machistas. En su 19ª edición, el Premio 25 de Noviembre ha sido otorgado a una asociación comprometida con el desarrollo de herramientas innovadoras para abordar esta problemática. Este año, el lema del premio, “Espacios libres y seguros”, subraya la necesidad urgente de erradicar las desigualdades de género en la vida cotidiana de la ciudad.
Una iniciativa que pone a las mujeres en el centro
El proyecto galardonado destaca por su enfoque interseccional y antirracista, características que lo convierten en una referencia en la prevención de la violencia machista. Bajo el título “El carrer és nostre i la festa també”, esta propuesta tiene como objetivo principal la elaboración de una Guía de recomendaciones y buenas prácticas para los Punts Lila. Estos espacios, ya presentes en eventos y festividades, ofrecen atención y sensibilización frente a situaciones de violencia machista y LGTBIfóbica.
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La novedad de esta iniciativa radica en que busca mejorar la eficacia de los Punts Lila existentes mediante un análisis exhaustivo. Se evaluarán los protocolos aplicados, los factores de éxito y los retos que enfrentan, para luego diseñar un marco común de actuación que refleje las realidades diversas de las mujeres en Barcelona.
¿Por qué los Punts Lila son esenciales?
En una ciudad dinámica y multicultural como Barcelona, los espacios públicos no siempre son seguros para todas las personas. Según datos recientes, el 79,3% de las mujeres catalanas ha experimentado algún tipo de violencia machista en su vida. De este porcentaje, un 19,3% reportó haber sufrido agresiones en lugares públicos como calles o parques. Estas cifras evidencian la importancia de contar con iniciativas que garanticen la seguridad y la igualdad en la ciudad.
Los Punts Lila han sido una herramienta clave en esta misión, especialmente durante grandes eventos como las fiestas de barrio. Estos puntos pueden ser gestionados por el Ayuntamiento, organizaciones externas o colectivos vecinales, lo que permite adaptarlos a las necesidades específicas de cada comunidad. Sin embargo, la falta de un marco común ha generado desigualdades en su funcionamiento, lo que hace aún más relevante la propuesta premiada.
Una guía con enfoque interseccional y antirracista
La asociación responsable de esta iniciativa recibirá una dotación de 15.000 euros para desarrollar el proyecto. Durante el próximo año, se realizará un trabajo de campo que incluirá la observación de las interacciones entre los Punts Lila municipales y los gestionados por colectivos vecinales. El objetivo es crear una guía que sea aplicable tanto a los espacios municipales como a los autogestionados, promoviendo prácticas inclusivas y respetuosas con la diversidad.
El enfoque interseccional es crucial, ya que considera cómo las distintas formas de discriminación —como el racismo o la homofobia— se intersectan con la violencia machista. Esto garantiza que las soluciones propuestas sean efectivas para todas las mujeres, independientemente de su origen, orientación sexual o situación socioeconómica.
Innovación social y compromiso comunitario
Lo que hace especial a este proyecto es su capacidad para ir más allá de lo teórico y generar impacto real en la vida de las mujeres. Al integrar la perspectiva feminista interseccional, se promueve un cambio cultural que involucra no solo a las instituciones, sino también a la ciudadanía. Esto es fundamental en un contexto donde la violencia machista sigue siendo normalizada e invisibilizada en muchos ámbitos.
El jurado del Premio 25 de Noviembre destacó la capacidad de esta propuesta para complementar las acciones municipales, generando sinergias entre diferentes actores sociales. Además, se valora su carácter inclusivo y su potencial para convertirse en un modelo replicable en otras ciudades.
Una mirada al pasado para entender el presente
El evento de premiación también sirvió para reflexionar sobre los avances logrados gracias a proyectos premiados en años anteriores. Por ejemplo, la guía “Eduquem per viure la interculturalitat” ha trabajado con comunidades educativas para abordar actitudes racistas y machistas. Este tipo de iniciativas demuestran que el cambio es posible cuando se combina la educación con la acción directa.
En este sentido, el Premio 25 de Noviembre se consolida como una herramienta poderosa para impulsar proyectos innovadores que transformen la sociedad desde sus raíces.
Más allá del premio, un compromiso continuo
Barcelona reafirma su compromiso con la erradicación de las violencias machistas mediante acciones concretas y sostenidas en el tiempo. El espacio público debe ser un lugar de convivencia y seguridad para todas las personas, y esto solo será posible a través de la colaboración entre instituciones, organizaciones y ciudadanía.
El proyecto galardonado no solo representa un avance en la prevención de la violencia machista, sino que también plantea un modelo de participación activa y cocreación. Con su implementación, Barcelona se posiciona como un referente en la lucha por la igualdad y la justicia social.