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Obras de la L8 en la calle Muntaner: impactantes cambios en la movilidad

Las obras de la prolongación de la L8 de Ferrocarriles de la Generalidad (FGC) han generado ya un gran revuelo en Barcelona. Esta ambiciosa intervención no solo persigue mejorar la cobertura del transporte público en la ciudad, sino que también promete alterar significativamente el tráfico durante su desarrollo. En particular, el cierre del tramo entre las calles Laforja y Marià Cubí en la calle Muntaner lo dejará muy claro para los conductores a partir del 10 de agosto.

calle muntaner

Cambios en la circulación

El Departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica ha delineado un plan para mitigar el caos mientras el proyecto avanza. A partir de agosto, el bloqueo del tráfico obligará a los vehículos a buscar rutas alternativas. Para facilitar este ajuste, las semanas previas se han dedicado a la señalización y modificación del tráfico.

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Desde el 27 de julio, la calle de Amigó ha cambiado de sentido entre la Via Augusta y la Travessera de Gràcia. Este movimiento abre una nueva conexión desde la Via Augusta hacia el sur por Amigó, justo antes de llegar a Muntaner. Mientras tanto, la Vía Augusta amplía su capacidad al contar con dos carriles en sentido Besòs, desde Muntaner hasta Balmes, una modificación crucial para absorber el tráfico.

Desvíos para autobuses y otras soluciones

El temido impacto en la línea V13 de TMB no se ha hecho esperar. El trayecto habitual, que desciende por Muntaner, ahora tomará un desvío a partir de la calle Madrazo, incorporándose a Amigó antes de continuar su ruta por la Travessera de Gràcia y retomar Muntaner. Sin embargo, este no será el único ajuste, y los usuarios deben estar atentos a las señales y anuncios.

El cruce con Balmes también se reconfigurará para facilitar la desviación del tráfico proveniente de Muntaner hacia la Vía Augusta, que luego recupera el sentido mar en Balmes. Este año nadie girará a la izquierda en Brusi, ya que ese carril quedará inhabilitado para mantener el doble carril necesario.

Avances en el proyecto

El cortado de Muntaner es solo una parte de un impactante proyecto metroviario para conectar las líneas Llobregat-Anoia y Vallès. La compleja misión, que implica un túnel de 4 kilómetros desde Espanya hasta Gràcia, representa una inversión millonaria, estimada en más de 400 millones de euros. Se espera que estos esfuerzos beneficien a 19,5 millones de pasajeros al año.

El proyecto, que comenzó su andadura en enero de 2024, ha ido tomando forma poco a poco. Actualmente, se observan avances en la excavación del pozo en la Gran Via de les Corts Catalanes, donde la tuneladora se abrirá camino. Además, se ha trabajado en los nuevos accesos a la estación de FGC en Plaza España y en los pozos que servirán para excavar futuros túneles.

Las estaciones previstas en Hospital Clínic, Francesc Macià y Gràcia ya están viendo progresos visibles. Igualmente, las salidas de emergencia en lugares clave como Consell de Cent y la ya mentada Muntaner también avanzan, dejando claro que el proyecto sigue viento en popa.

Adaptaciones necesarias y expectativas futuras

Como cualquier intervención urbana de tal envergadura, las molestias son inevitables. Sin embargo, la anticipación y las medidas adoptadas por la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona buscan minimizar el impacto. Al final del día, este esfuerzo conjunto refleja una apuesta decidida por mejorar la infraestructura de una metrópolis que, cada vez más, busca optimizar su red de transporte público.

En definitiva, aunque el cierre de la calle Muntaner se revele como una complicación temporal, las expectativas de una red de transporte integrada y eficiente son alentadoras. Así, mientras los residentes y usuarios se adaptan a las modificaciones, la ciudad prepara el camino hacia un futuro mejor conectado y más accesible.