El Reial Monestir de Santa Maria de Pedralbes, emblema de la historia medieval catalana, está llevando a cabo un ambicioso proyecto de investigación, restauración y conservación. Este estudio multidisciplinario tiene como objetivo profundizar en los primeros 50-60 años de vida del monasterio, coincidiendo con la celebración de su 700 aniversario en 2026. Las protagonistas: las mujeres que fundaron este espacio, lideradas por la reina Elisenda de Montcada.
El proyecto incluye el análisis de sepulturas del siglo XIV, entre ellas el sepulcro de la reina, ubicado tanto en la iglesia como en el claustro. Este estudio, que combina disciplinas como la arqueología, la antropología y la historia del arte, busca revelar detalles sobre la vida cotidiana, la salud y las costumbres de la época.
Un enfoque multidisciplinario para desentrañar el pasado
El proceso de investigación abarca varias fases: desde endoscopías iniciales hasta excavaciones arqueológicas, estudios de laboratorio y restauración. Cada paso es crucial para garantizar la integridad de los hallazgos. Según Jaume Muñoz Jofre, director de Patrimonio Cultural del ICUB, «la diversidad de especialistas refleja la complejidad de esta intervención», que permitirá ampliar y corregir las narrativas históricas.
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Anna Castellano, directora del monasterio, enfatiza la importancia de esta investigación para «recuperar la memoria de la primera comunidad femenina», descubriendo detalles como su dieta, salud y rol en la sociedad.
La ciencia al servicio de la historia
El equipo de arqueología, liderado por Josep M. Vila, aborda cada sepulcro de manera meticulosa, estudiando no solo los restos óseos, sino también elementos textiles y objetos. Estos hallazgos servirán como base para investigaciones complementarias que ampliarán el conocimiento sobre el matronazgo medieval y el poder femenino.
Por otro lado, la conservación preventiva, bajo la supervisión de Javier Chillida, asegura condiciones climáticas adecuadas para preservar los restos durante su traslado al laboratorio. Allí, se emplean tecnologías avanzadas, como modelos 3D y fotogrametría, para documentar cada hallazgo.
Antropología física: la clave para entender el pasado
La antropología física, dirigida por Carme Rissech, se centra en el análisis de los restos humanos. A través de estudios morfológicos, dentales y genéticos, el equipo busca responder preguntas clave sobre las condiciones de vida en el monasterio. Estos datos, cruzados con fuentes históricas, permitirán corroborar, corregir y enriquecer la información existente.
Rissech destaca que «los restos humanos son evidencias directas de las poblaciones pasadas», y su análisis ayudará a entender aspectos como la alimentación, las enfermedades y la longevidad en la Edad Media.
Un legado de mujeres para el futuro
El 700 aniversario del monasterio no solo celebra su historia, sino también el papel de las mujeres que lo construyeron y lideraron. Este proyecto busca poner en valor su influencia en la sociedad medieval catalana, destacando temas como la vida monástica, el poder femenino y la espiritualidad.
Los resultados del estudio comenzarán a publicarse en 2026, ofreciendo una mirada inédita a la vida en el monasterio y consolidando su legado como un símbolo de creatividad y resistencia femenina a lo largo de siete siglos.