La Navidad en Barcelona adquiere un nuevo brillo con la espectacular decoración de la plaza Sant Jaume. Este año, el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Catalunya han unido esfuerzos para crear una experiencia navideña inolvidable, con una estrella luminosa monumental y dos pesebres emblemáticos como protagonistas. Esta propuesta no solo combina tradición e innovación, sino que también refuerza la importancia de Sant Jaume como un espacio de encuentro para los barceloneses.
Una estrella que redefine la decoración navideña
La estrella luminosa, bautizada como «Origen», destaca no solo por su tamaño, sino también por su diseño y simbolismo. Representa un icosaedro, una figura geométrica de 20 caras triangulares que evoca perfección y armonía. Con un diámetro de nueve metros y un peso de 2,5 toneladas, esta pieza está fabricada con hierro, metacrilato y tecnología LED, lo que garantiza su espectacularidad tanto de día como de noche.
Durante el día, la estrella se alza como una escultura geométrica que añade carácter a la plaza. Sin embargo, al caer la noche, la instalación se convierte en un faro de luz que proyecta reflejos sobre las fachadas del Ayuntamiento y la Generalitat, creando un espectáculo visual que se ve realzado por una banda sonora original. Este diseño innovador busca conectar la tradición navideña con una interpretación contemporánea que resuene tanto con los ciudadanos como con los visitantes.
Pesebres en espacios emblemáticos
Además de la estrella, la plaza Sant Jaume contará este año con dos pesebres situados en el interior de sus edificios históricos. El Ayuntamiento acogerá un pesebre tradicional en su Pati de Carruatges, elaborado por la Associació de Pessebristes. Este diorama incluye referencias culturales únicas, como el centenario del poeta Joan Salvat-Papasseit y la reciente celebración de la Copa América de vela en Barcelona. Por su parte, la Generalitat abrirá sus puertas entre el 14 y el 20 de diciembre, permitiendo a los ciudadanos disfrutar de un pesebre, un tió y avetos decorados en un entorno histórico.
Una inversión con visión de futuro
El proyecto de decoración navideña de este año supone una inversión significativa, con 145.000 euros destinados a la estrella luminosa y 50.000 euros adicionales para el pesebre del Ayuntamiento. Aunque el Ayuntamiento asume la mayor parte del coste, la Generalitat ha contribuido activamente, subrayando la colaboración institucional detrás de esta iniciativa.
Ambas instituciones han señalado que la estrella «Origen» tiene potencial para reutilizarse en futuras ediciones, lo que garantiza su relevancia como símbolo navideño de la ciudad. Este enfoque refuerza el compromiso de Barcelona con una Navidad que combina sostenibilidad y espectacularidad.
Un espacio para todos
Más allá de los elementos decorativos, la plaza Sant Jaume se convierte en un espacio para la comunidad durante la temporada navideña. La decisión de trasladar los pesebres al interior de los edificios no solo responde a razones prácticas, sino que también enriquece la experiencia de los visitantes, permitiéndoles explorar espacios emblemáticos de la ciudad.
El concejal Jordi Marcé defendió esta decisión, afirmando que “la reubicación de las piezas permite aprovechar al máximo el potencial de Sant Jaume, convirtiéndolo en un lugar donde tradición e innovación coexisten en armonía.”
Una apuesta por la cohesión y la creatividad
La colaboración entre el Ayuntamiento y la Generalitat ha resultado en una propuesta coherente que unifica la estética de la plaza Sant Jaume. La estrella y los pesebres, junto con la decoración vegetal uniforme en los balcones, reflejan un esfuerzo conjunto por ofrecer una experiencia navideña de calidad que destaque tanto en el ámbito local como internacional.
La plaza Sant Jaume: tradición e innovación en el corazón de Barcelona
Con esta iniciativa, la plaza Sant Jaume reafirma su papel como centro neurálgico de la Navidad en Barcelona. La espectacular estrella luminosa, los pesebres emblemáticos y la cuidada decoración convierten este espacio en un destino imprescindible para quienes buscan disfrutar del espíritu navideño.
Esta propuesta no solo celebra la magia de la Navidad, sino que también refuerza la capacidad de Barcelona para innovar y reinventar sus tradiciones, ofreciendo una experiencia que conecta a la comunidad mientras atrae a visitantes de todo el mundo.