El Ayuntamiento de Barcelona ha dado un paso clave en su lucha por garantizar el acceso a una vivienda digna. Esta semana, se aprobó inicialmente una modificación del Plan General Metropolitano (PGM) que busca regular los alquileres de temporada y de habitaciones. Este instrumento urbanístico es el primer paso para limitar estos usos y priorizar el acceso a vivienda habitual y permanente.
¿Qué implica esta modificación del PGM?
La modificación de los artículos 276 y 302A del PGM establece un marco que permite al Ayuntamiento distinguir entre distintos usos de la vivienda, habilitándolo para regular o condicionar la implantación de alquileres temporales. El objetivo es claro: evitar que viviendas que podrían ser permanentes se destinen a alquileres temporales, limitando su impacto en el acceso al mercado residencial.
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Además, la modificación introduce la posibilidad de aplicar restricciones específicas por distritos, barrios o edificios. Esto permitirá proteger el carácter residencial de ciertas zonas, respondiendo a las necesidades particulares de cada área.
Alquileres temporales bajo la lupa
La propuesta define los diferentes usos de las viviendas, incluyendo el habitual, permanente, temporal y de segundas residencias. Mientras que los usos habituales y permanentes se permitirán sin restricciones, el alquiler temporal estará sujeto a una regulación más estricta.
Este tipo de alquiler, destinado a estancias por motivos laborales, médicos o de estudios, deberá justificarse documentalmente, según lo exija la legislación aplicable. De esta forma, se busca combatir el fraude que actualmente permite disfrazar contratos temporales como alquileres turísticos.
¿Cómo afecta esta medida al alquiler de habitaciones?
En el caso del alquiler de habitaciones permanente, la modificación incluye una garantía importante: todas las personas residentes deberán tener acceso a los servicios comunes necesarios para garantizar la habitabilidad. Este cambio refuerza los derechos de quienes optan por esta modalidad de vivienda, estableciendo estándares mínimos de calidad y confort.
Una respuesta a la emergencia habitacional
Esta medida surge de un acuerdo entre el gobierno municipal y el grupo Barcelona en Comú, como parte de los esfuerzos para enfrentar la emergencia habitacional en la ciudad. La primera tenencia de alcaldía ha subrayado la importancia de actuar con rapidez y eficacia, señalando que los alquileres temporales representan un desafío importante.
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El objetivo final es que estas viviendas vuelvan al mercado de alquiler residencial, fortaleciendo la oferta y beneficiando a los ciudadanos que buscan un hogar estable.
Próximos pasos
Aunque la aprobación inicial es un avance significativo, todavía queda un largo camino por recorrer. Se espera que la modificación reciba su aprobación definitiva en el segundo trimestre de 2025. Posteriormente, será necesario desarrollar un planeamiento específico para implementar las limitaciones y regulaciones necesarias.
Este instrumento urbanístico complementará las normativas autonómicas y estatales existentes, y podría requerir modificaciones adicionales para adaptarse plenamente a los desafíos actuales.
Un paso hacia la justicia social en la vivienda
La regulación del alquiler temporal en Barcelona es un ejemplo de cómo las políticas urbanísticas pueden abordar problemas sociales. Al limitar los usos temporales y garantizar el acceso a viviendas permanentes, el Ayuntamiento está priorizando el bienestar de sus ciudadanos sobre los intereses especulativos. Esta medida no solo busca combatir el fraude, sino también transformar el mercado de vivienda en un espacio más justo y accesible.