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El cambio que no podemos ignorar: Cataluña y su clima en transformación

Un panorama inédito: Tres años de calor extremo

El último Boletín Anual de Indicadores Climáticos (BAIC) elaborado por el Servicio Meteorológico de Cataluña nos ofrece una visión clara y preocupante acerca de la evolución climática de la región. Desde 1950, se han observado cambios alarmantes, pero los últimos tres años (2022-2024) han roto todos los esquemas al convertirse en los más cálidos registrados, con anomalías superiores a los 2°C respecto al período de referencia 1961-1990. Este fenómeno, hasta ahora inaudito, consolida cada vez más la desviación del clima templado mediterráneo que caracterizaba a la región.

Cataluña se ha calentado 2 °C desde 1950

Particularmente, el invierno de 2023-2024 destaca por ser el más cálido jamás presenciado, con anomalías mensuales tan elevadas como 3,5°C en febrero de 2024. Estos datos no solo son números; reflejan un nuevo estándar climático que afecta directamente al medio ambiente, la economía y la calidad de vida de los catalanes.

Una subida persistente: La temperatura del aire sigue aumentando

El análisis desde 1950 muestra que la temperatura media anual en Cataluña ha aumentado 2,0°C, con una tendencia de +0,27°C por decenio. El verano se lleva el protagonismo como la estación con un ritmo de calentamiento más acentuado. Además, la temperatura máxima diurna está aumentando más rápido que la mínima nocturna. Este desbalance intensifica los episodios de calor extremo, algo que obliga a la región a replantear sus estrategias de adaptación al cambio climático.

Ampliación de la red de refugios climáticos en Barcelona: un oasis ante el calor

A nivel global, 2024 marcó un hito al convertirse en el año más cálido de los últimos 150-200 años. Por primera vez, se superó el umbral de 1,5°C por encima de la media del período preindustrial 1850-1900. Un dato que resuena con urgencia a toda la comunidad internacional.

Una pausa en la sequía: Precipitaciones en 2024

El 2024 trajo consigo un respiro para la región en términos de lluvias. Clasificado como un año entre normal y lluvioso, presentó una anomalía positiva de +8,9% en precipitaciones. Esta recuperación es especialmente relevante después de atravesar una de las sequías más extensas y prolongadas que se hayan documentado en la región. Aunque a largo plazo la tendencia muestra una disminución de un 2,0% en la precipitación anual por decenio desde 1950, este valor aún no es estadísticamente significativo.

Sin embargo, los cambios en las precipitaciones no son motivo para bajar la guardia. La variabilidad climática sigue presente y, con ella, el desafío de mantener y gestionar los recursos hídricos de manera sostenible.

El mar sube: Consecuencias en la Costa Brava

La subida del nivel del mar es otro efecto tangible del cambio climático. En el observatorio del Estartit, ubicado en el Baix Empordà, se ha registrado un aumento de la temperatura del agua superficial del mar de 1,8°C en cincuenta y un años. Paralelamente, el nivel del mar en esta zona ha aumentado a un ritmo de 3,1 cm por decenio desde 1990, acumulando un aumento de unos 11 cm en los últimos 35 años.

Estos cambios no solo afectan a la biodiversidad marina, sino que también impactan en la actividad turística, la infraestructura costera y la gestión de espacios naturales protegidos que definen gran parte del atractivo de Cataluña.

Reflexión final: El llamado a la acción

Los indicadores y tendencias climáticas en Cataluña hacen evidente que los impactos del cambio climático ya han dejado de ser predicciones para convertirse en realidades presentes. Es un desafío que exige respuestas contundentes y coordinadas por parte de autoridades, investigadores y la sociedad en general.

Adaptarse a este nuevo clima implica repensar las prácticas urbanísticas, reforzar las políticas medioambientales y promover un uso eficiente y sostenible de los recursos. Solo entonces, con un esfuerzo colectivo consciente y sostenido, se podrá mitigar el impacto y preparar a Cataluña para enfrentar el futuro climático incierto que se avecina.