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Planta Baja: un refugio de cocteles y buena comida en Madrid

En el corazón de Madrid, un nuevo espacio ha hecho su irrupción en la escena culinaria y coctelera: Planta Baja. Inaugurado en junio, este bar ha logrado destacar por su atmósfera acogedora, su oferta de cócteles innovadores y su excelente propuesta gastronómica. Pero, ¿qué es lo que realmente lo hace especial? Vamos a analizarlo.

Planta Baja Restaurante

Un diseño que invita a estar

Desde el momento en que uno pone un pie en Planta Baja, se siente un ambiente único. Kevo Jacoby, su creador y un reconocido bartender argentino, junto con su socio Juan D’Onofrio, han logrado darle a este espacio una aura especial. Ubicado en una calle discreta cerca de la Puerta de Alcalá, el lugar era un antiguo bar que, con un poco de imaginación y esfuerzo, se transformó en un espacio vibrante y acogedor.

Respetaron la estructura original del当地, preservando su esencia mientras incorporaban toques personales y modernos. La decoración, que mezcla elementos industriales con piezas vintage, cuenta historias propias. Hay desde una placa de un mercado de pulgas en Buenos Aires hasta un luminoso de la abuela de Jacoby. Este tipo de detalles da a Planta Baja un aire de calidez familiar.

La experiencia de beber

Con un enfoque claro en la coctelería, Planta Baja busca ofrecer “una experiencia líquida”. Los cócteles no son sencillos tragos; son creaciones que invitan a la conversación y a la exploración de sabores. La carta de bebidas incluye catorce opciones, cada una diseñada con una meticulosidad que resalta no solo los sabores, sino también la presentación. El Paloma Porteña y el Melón Vino son dos de los grandes protagonistas.

El Paloma Porteña, por ejemplo, combina mezcal, tequila, yerba mate y un refresco casero de pomelo, creando un cóctel refrescante y nada empalagoso. Por otro lado, el Melón Vino ofrece una versión lujosa del típico tinto de verano, ideal para esos días calurosos de Madrid.

Clásicos como el Dry Bajito y el Babaganilicin también brillan en la carta. La propuesta de Jacoby se aleja de lo convencional y busca ofrecer sabores sutiles y agradables para el paladar, una tendencia que claramente resuena con el público actual.

Un viaje a lo culinario

Pero Planta Baja no es solo un lugar para disfrutar de buenos cócteles; la comida también ocupa un lugar preponderante. Con la colaboración del chef Armando Álvarez, del exitoso restaurante Capet, la oferta gastronómica es igual de impecable. La idea es disfrutar de tapas y platillos ideales para compartir, siempre con un toque personal.

Entre las delicias del menú destacan las croquetas de pollo de corral y el rape con suquet y allioli de azafrán. Álvarez utiliza ingredientes frescos y de calidad, presentando platos que son sencillos, pero llenos de sabor. Por ejemplo, el roastbeef con mayonesa de mostaza sorprende por su sencillez y profundidad de sabores.

Los platillos están pensados para acompañar una buena bebida, fomentando ese ambiente desenfadado y de unión entre amigos. Este es otro elemento que hace de Planta Baja un punto de encuentro ideal: no se viene solo a cenar, sino a disfrutar.

Planta Baja Restaurante 2

Una atmósfera única

El ambiente en Planta Baja invita a la conversación y a la relajación. Los cómodos sillones verdes y la música cuidadosamente seleccionada crean un espacio donde los clientes pueden sentirse como en casa. Jacoby quiere que la gente sienta que llegó a la sala de su casa. “Te voy a recibir como si fueras mi amigo”, dice con entusiasmo el bartender.

La decoración no solo es estéticamente agradable, sino que también se siente como un homenaje al pasado del edificio, que fue una vivienda familiar. Este enfoque en el diseño hace que cada rincón cuente una historia, lo que enriquece aún más la experiencia del visitante.

La importancia de los detalles

Planta Baja no escatima en detalles. Cada cóctel se elabora con cuidado, muchos con técnicas que requieren días de preparación. Los precios oscilan entre 12 y 14 euros, que, aunque parezca un poco elevado, compensan la calidad de los ingredientes y el trabajo detrás de cada bebida. Al final, el cliente siente que está pagando por una experiencia, no solo por una bebida.

Dicha atención al detalle se extiende también a la comida. Utilizando ingredientes de calidad y evitando la sobrecomplicación, Álvarez y su equipo logran crear platillos memorables que disfrutan todos los que pasan por allí.

La combinación perfecta

La unión entre cocteles y buena comida hacen de Planta Baja una propuesta única en Madrid. Mientras que muchos bares se enfocan únicamente en las bebidas, este espacio sabe equilibrar lo mejor de ambos mundos. Entre cocktails innovadores y una propuesta gastronómica que apela a los sentidos, el ambiente crea un ciclo perfecto de disfrute que los clientes no olvidan.

En resumen, Planta Baja se presenta como un refugio donde el buen gusto, la hospitalidad y la creatividad se combinan de manera excepcional. En un momento en que la oferta gastronómica y de cocteles en Madrid se multiplica, este lugar ha logrado abrirse un nicho, convirtiéndose en una opción relevante para disfrutar de una buena charla y una bebida exquisita.

Así que la próxima vez que busques un lugar para relajarte y disfrutar de unas copas, ya sabes: Planta Baja es tu destino.

Carrer del Dr. Carulla, 27, Sarrià-Sant Gervasi, 08017 Barcelona