El Cera 23 ha evolucionado desde su inicio como un sencillo restaurante gallego de menú del día al sofisticado establecimiento que es hoy. Ubicado en el vibrante barrio del Raval en Barcelona, ha sabido adaptarse a los gustos nocturnos de los comensales sin perder su esencia gallega. Los dueños, Guillermo, Carlos y Rubén, han logrado crear un espacio donde la calidad y un buen precio van de la mano, convirtiéndose en un referente de la cocina mediterránea e ibérica.
Un cambio de enfoque hacia la noche
Aunque el Cera 23 comenzó enfocándose en el almuerzo, ahora también brilla por sus opciones nocturnas. La variedad de platos ampliada abarca desde clásicos gallegos hasta interpretaciones más modernas que resuenan con las tendencias actuales. En este menú, no faltan el pulpo a la gallega, que permanece como un clásico, al igual que los tatakis y carpaccios que aportan un giro fresco y moderno.
La ubicación en el Raval otorga un aire bohemio y cosmopolita, ideal para un restaurante que busca atraer tanto a locales como a turistas. Con un ambiente íntimo y acogedor, es fácil enamorarse del lugar al instante.
La oferta gastronómica: tradición y modernidad
En la carta se puede encontrar una deliciosa combinación de platos que representan a la cocina española, siempre con un toque original. La influencia gallega es notable, ya que gran parte de los productos proviene directamente de esta región. Estos ingredientes frescos y de alta calidad constituyen la base de platos excepcionales.
El solomillo de ternera con chimichurri destaca como uno de los favoritos, con un precio accesible que ronda los 23,50 euros. La hamburguesa de ternera también merece atención, y resulta ser jugosa y llena de sabor, perfecta para los amantes de la carne.
Por supuesto, no se puede mencionar el Cera 23 sin hablar de su volcán de arroz negro, que es un verdadero manjar. Este plato, lleno de mariscos y un toque de aceite de azafrán, deja una huella en el paladar por su riqueza de sabores y su presentación. A solo 15,50 euros, es una excelente opción para compartir o disfrutar individualmente.
Bebidas para todos los gustos
La selección de vinos es notable y repleta de opciones, incluyendo vinos blancos gallegos que acompañan perfectamente las comidas. Para los que buscan un final dulce o un toque especial, los licores caseros son una auténtica delicia. El licor café y el orujo gallego son excelentes opciones para cerrar una buena comida.
La atención en el Cera 23 se destaca por ser exquisita. Desde el momento en que los comensales entran, se sienten bienvenidos. A pesar de estar lleno, el servicio se mantiene rápido y eficiente, lo que refleja la experiencia y la dedicación del equipo.
Una atmósfera acogedora y moderna
Al llegar al Cera 23, la estética juega un papel importante. Su interior combina la modernidad con toques de rusticidad, brindando un ambiente cálido y amigable. El diseño es acogedor, con luces tenues que crean un espacio perfecto para una cena íntima o una buena conversación con amigos.
El restaurante, situado en un antiguo edificio en la calle Cera, toma su nombre de esta dirección. La forma en que han reciclado el mobiliario también realza la autenticidad del lugar. Cada rincón parece contar una historia, y se nota el esfuerzo por mantener un carácter único y personal.
La experiencia culinaria gallega
Uno de los aspectos más impresionante del Cera 23 es su compromiso con la hospitalidad gallega. Desde el primer momento, la experiencia se siente amistosa y personal. Al comenzar la comida, el restaurante sorprende a los clientes con un pequeño aperitivo gratis, algo que recorre la cultura culinaria gallega.
Los aperitivos, así como la ventresca de atún con pimientos del piquillo, brindan una explosión de sabores. Los comensales notan de inmediato la diferencia entre un atún de calidad y los típicos atunes en lata.
Este compromiso con la calidad y la satisfacción del cliente se traduce en la presentación de cada plato. Cada bocado se siente como un homenaje a la rica gastronomía de Galicia.
Un final dulce y especial
Los postres, como la famosa tarta de queso con nutella o la tarta de chocolate de la casa, son una manera perfecta de culminar una noche. Ambas opciones, no demasiado empalagosas, deleitan el paladar y demuestran el compromiso del restaurante con la excelencia en cada aspecto.
Al finalizar la cena, el Cera 23 ofrece un chupito de cortesía que deja a los comensales con una sonrisa. Este detalle resalta la amabilidad del equipo y se suma a la experiencia inolvidable del lugar.
Conclusiones finales
Cera 23 se ha posicionado como un referente en el Raval, destacando por su comida deliciosa y su ambiente acogedor. La habilidad del equipo para combinar tradición y modernidad en su oferta gastronómica es indiscutible. Los platos bien preparados, acompañados por un excelente servicio, convierten a este restaurante en un lugar al que regresar una y otra vez.
Sin duda, Cera 23 es un lugar perfecto para disfrutar de la gastronomía mediterránea bien hecha, a precios razonables y en un ambiente amigable, manteniendo siempre vivo el espíritu gallego.